La cultura considerada desde el punto de vista prehistórico.

Por Gilles Deleuze

 

Cultura significa adiestramiento y selección. Nietzsche llama al movimiento de la cultura «Moralidad de las costumbres» (1); ésta no es separable de las picotas, de las torturas, de los atroces medios que sirven para adiestrar al hombre. Pero en este violento adiestramiento, la mirada del genealogista distingue dos elementos (2): 1) Aquello a lo que se obedece, en un pueblo, una raza o una clase, es siempre histórico, arbitrario, grotesco, estúpido y limitado; frecuentemente representa las peores fuerzas reactivas; 2) Pero en el hecho de que se obedezca a algo, poco importa a qué, aparece un principio que supera a los pueblos, las razas y las clases. Obedecer a la ley porque es la ley: la forma de la ley significa que cierta actividad, cierta fuerza activa, viene ejercida sobre el hombre y se fija por tarea adiestrarlo. Aunque inseparables de la historia, estos dos aspectos no deben confundirse: por una parte, la presión histórica de un Estado, de una Iglesia, etc. La actividad del hombre como ser genérico, la actividad de la especie humana en tanto que ejercida sobre el individuo como tal. De aquí la utilización por Nietzsche de las palabras «primitivo», «prehistórico»; la moralidad de las costumbres precede a la historia universal (3); la cultura es la actividad genérica, «el verdadero trabajo del hombre sobre sí mismo durante el periodo más largo de la especie humana, todo su trabajo prehistórico.., sea cual sea por otra parte el grado de crueldad, de tiranía, de estupidez y de idiotez que lleve consigo» (4). Cualquier ley histórica es arbitraria,  pero lo que no es arbitrario, lo que es prehistórico y genérico, es la ley de obedecer a las leyes (Bergson insistirá sobre esta tesis, cuando demuestra en Las dos fuentes que cualquier hábito es arbitrario, pero que es natural el hábito de tomar hábitos).

 

Prehistórico significa genérico. La cultura es la actividad prehistórica del hombre. Pero, ¿en qué consiste esta actividad? Se trata siempre de proporcionar hábito al hombre, hacerle obedecer a leyes, de adiestrarlo.  Adiestrar al hombre significa formarlo de tal manera que sea capaz de activar sus fuerzas reactivas. En principio la actividad de la cultura se ejerce sobre las fuerzas reactivas, les proporciona hábitos y les impone modelos, para hacerlas aptas de ser activadas. La cultura como tal se ejerce en varias direcciones. Acomete incluso a las fuerzas reactivas del inconsciente, a las fuerzas digestivas e intestinales más recónditas (régimen alimenticio y algo parecido a lo que Freud llamará La educación de los esfínteres) (5). Pero su objetivo principal es reforzar la consciencia. A esta conciencia que se define por el carácter fugitivo de las excitaciones, a esta conciencia que se apoya en la facultad del olvido, hay que darle una consistencia y una dureza que no posee en sí misma. La cultura dota a la conciencia de una nueva facultad que en apariencia se opone a la facultad del olvido: la memoria (6). Pero la memoria de la que ahora se trata no es la memoria de las huellas.  Esta memoria original ya no es función del pasado, sino función del futuro. No es memoria de la sensibilidad, sino de la voluntad. No es memoria de las huellas, sino de las palabras. Es facultad de prometer, compromiso del futuro, recuerdo del propio futuro. Acordarse de la promesa que se ha hecho no es recordar que se ha hecho en un determinado momento pasado, sino que hay que mantenerla hasta un determinado momento futuro. Éste es precisamente el objeto selectivo de la cultura: formar un hombre capaz de prometer, o sea, de disponer del futuro, un hombre libre y poderoso. Sólo un hombre así es activo, activa sus reacciones, todo en él es activo o activado. La facultad de prometer es el efecto de la cultura como actividad del hombre sobre el hombre, el hombre que puede prometer es el producto de la cultura como actividad genérica.

 

Entendemos ahora por qué la cultura, en principio, no retrocede ante ninguna violencia: «Quizá no hay nada tan terrible y tan inquietante en la prehistoria del hombre como su mnemotecnia… Esto no ocurría jamás sin suplicios, sin martirios ni sacrificios sangrientos, cuando el hombre juzgaba necesario crear una memoria» (8). Antes de llegar al final (el hombre libre, activo y poderoso),  cuántos suplicios son necesarios para adiestrar a las fuerzas reactivas, para obligarlas a ser activadas. La cultura siempre ha utilizado el siguiente método: hace del dolor un medio de cambio, una moneda, un equivalente; precisamente el equivalente exacto de un olvido, de una penada causada, de una promesa no mantenida (9). La cultura remitida a este medio se llama justicia; el propio medio se llama castigo. Pena causada= dolor sufrido, ésta es la ecuación del castigo que determina una relación del hombre con el hombre. Esta relación entre los hombres viene determinada, según la ecuación, como relación entre un acreedor y un deudor: la justicia hace al hombre responsable de una deuda. La relación acreedor-deudor expresa la actividad de la cultura en su proceso de adiestramiento o de formación. Esta relación, que se corresponde a la actividad prehistórica, es la relación del hombre con el hombre, «el más primitivo de los individuos», incluso anterior «a los orígenes de cualquier organización social» (10).  Aún más, sirve de modelo «a las constituciones sociales más primitivas y más groseras». Es en el crédito, no en el cambio, donde Nietzsche ve el arquetipo de la organización social. El hombre que paga con su dolor la pena que inflige, el hombre considerado responsable de una deuda, el hombre tratado como responsable de sus fuerzas reactivas: éste es el medio puesto en marcha por la cultura para seguir con su objetivo. Nietzsche nos presenta así la siguiente descendencia genética: 1) La cultura como actividad prehistórica o genérica, empresa de adiestramiento y de selección; 2) El medio puesto en marcha por esta actividad, la ecuación del castigo, la relación de la deuda, el hombre responsable. 3) El problema de esta actividad: el hombre activo, libre y poderoso, el hombre que puede prometer.

 

NOTAS

  1. A, 9.
  2. BM, 188.
  3. A, 18.
  4. GM, II, 2.
  5. EH, II: «Porque soy tan travieso».
  6. GM, II, 1: «Este animal necesariamente olvidadizo, para quien el olvido es una fuerza y la manifestación de una salud robusta, se ha creado una facultad contraria, la memoria, por la que en cienos casos, mantendrá postergado el olvido».
  7. GM, II, 1. En este punto se confirma la semejanza entre Freud y Nietzsche. Freud atribuye al «preconsciente» huelas verbales distintas de las huellas mnémicas propias del sistema inconsciente. Esta distinción le permite responder a la pregunta: «¿Cómo convenir en (pre)conscientes los elementos rechazados?» La respuesta es: «Restableciendo estos miembros intermedios preconscientes que son los recuerdos verbales». La pregunta de Nietzsche se formularía así: ¿Cómo es posible activar las fuerzas reactivas?
  8. GM, II, 3.
  9. GM, II, 4.
  10. GAF, II, 8. En la relación acreedor-deudor «la persona se opondrá por primera vez a la persona, midiéndose de persona a persona».

 

Este texto se encuentra en el libro «Nietzsche y la filosofía» del autor mencionado.

El pueblo y las fuerzas armadas. Periódico La Protesta, Mayo-Junio de 1976, Argentina.

El Periódico La Protesta es un periódico anarquista fundado 1897 en Argentina. Al principio el periódico se llamaba La Protesta Humana, luego de varios número publicados, decidieron llamarla La Protesta.

 

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El populismo peronista ha terminado. Los fulleros de la timba justicia han desaparecido. ¿Dónde están ahora los representantes del pueblo, los jerarcas de la CGT, los políticos y los charlatanes del parlamento, dónde se ve en este momento el tan famoso aparato sindical verticalista que supuestamente protegía los intereses de los explotados ante la rapacidad de los explotadores?

Los hechos han confirmado finalmente que Perón no bromeaba cuando cierta vez dijo que el sindicato mejor y más fuerte era el ejercito.

Todo un pueblo que delegó su iniciativa y sus fuerzas en engañosas estructuras y verborágicos líderes se ve ahora indefenso ante una asonada militar que no ha tenido que disparar un solo tiro para imponerse. Recién ahora resulta evidente que la demagogia no cayó en el vacío y que tras el manojo de zanahorias el pueblo fue llevado a un brete.

Nada les fue dado desinteresadamente a los trabajadores en los últimos 35 años. A lo sumo recibieron algunas migajas de bienestar a cambio de las cuales se les exigió renunciar a su propia libertad.

Casi con estupor los trabajadores han tomado conocimiento de la real importancia a que estaban sometidos bajo el imperio del populismo. Quizá recién ahora hayan quedado claro que, desde 1930 todos los intentos para «unir el movimiento obrero» han sido con intención de arrearlo mejor.

No es casual, por ejemplo, que una supuesta arma defensiva de los trabajadores, la Ley de Asociaciones Profesionales, no haya sido tocado en lo esencial por el actual gobierno militar ni tampoco atacada por quienes desde las filas del marxismo ven en ella un instrumento capaz de ser aprovechado en el futuro para dominar al proletariado.

Es claro, entonces, que el régimen no ha cambiado nada luego del 24 de marzo y que la actual-dictadura militar-empresarial no es más que la prolongación histórica de la opresión peronista y de los anteriores regímenes militares.

Se ha repetido un nuevo 1930. La actitud militar de hoy es también un calco de la de ayer: corrompido hasta el extremo el gobierno civil, sumido el país en el desastre como consecuencia de las incongruencias del simulacro de democracia vivido, el militarismo ha abandonado su aparente prescindencia y ha violado el esquema republicano para lanzarse, una vez más, a la empresa mesiánica de «salvar la Nación». Pero hoy como ayer «la Nación» de las FF.AA no parece ser otra cosa que la de los intereses del empresariado rapaz y de la oligarquía proletaria.

«La hora de la verdad», como la ha proclamado el general Videla, ha consistido en reconocer sin tapujos que no se puede gobernar sin estado de sitio ni pena de muerte, que la democracia burguesa no ofrece garantías suficientemente solidas para el capitalismo explotador, que la opción real está dada entre la revolución social o la alianza con uno de los imperialismo contrarrevolucionarios. Y ante la disyuntiva reacción o revolución, las FF.AA han vuelto a elegir el camino de la reacción. De esta manera no se han apartado lo más mínimo de su vieja y conocida trayectoria.

En cuanto a la civilidad, esta Protesta de 1976 puede repetir lo que Lafarga escribió en sus paginas el 1 de octubre de 1897: «Creyeron algún tiempo los obreros que por medio del sufragio, obtenido por el poder, podrían adquirir mayor bienestar… y no por eso su situación mejoró un ápice, y así siguieron hasta que, viéndose engañados por las vanas promesas y ridículas farsas de sus representantes, se decidieron a adquirir aquel mejoramiento por su propio esfuerzo formando agrupaciones dispuestas a desplegar todas sus energías para el logro de sus fines fuera del terreno político».

Lo que la F.O.R.A preconizó a lo largo de toda su actuación recobra hoy singular vigencia. La acción indirecta, a través de lideres, representantes y partidos, ha demostrado su ineficiencia. La ley no ha dado ni dará tampoco a los trabajadores más de lo que éstos puedan conseguir por su consciencia y su organización, a través de la acción directa y al margen del parlamentarismo y la engañosa acción política. Luego de agotada la etapa del un populismo estéril y traidor cuyo resultado ha sido el sojuzgamiento solapado, el pueblo trabajador se ve hoy en la crítica situación de tener que enfrentara la prepotente critica autocracia soldadesca que con el pretexto de orden y la moralidad ha vuelto a sablear con una mano la Constitución al mismo que con la otra sella su nuevo pacto con los eternos saqueadores del pueblo y del país.

La «Hora de la Espada» ha sonado ya muchas veces en la Argentina. Se la ha oído  en muchos primero de mayo, en las huelgas patagónicas, en las jornadas sangrientas de 1919, en la cruzada de 1930…. pero, hasta ahora, la espada nunca ha sido capaz de solucionar con justicia la cuestión social. Esta tarea depende, entonces, del pueblo. Esa es, en definitiva, su dura empresa y su desafío. Y el tendrá la última palabra.

 

 

Como mujer negra acusada de matar a un hombre blanco, nunca fui inocente hasta que se demostró mi culpabilidad. Tracy McCarter

Si dejamos atrás los sistemas opresivos que privan a las personas de su propia libertad, ¿qué podríamos crear en su lugar?

 

Uno de los principios más vacíos dentro del sistema legal penal es la presunción de inocencia hasta que se demuestre judicialmente la culpabilidad. Lo sé de primera mano. Cuando murió mi esposo blanco, yo, una mujer negra, fui acusada de su asesinato. El mero hecho de mi arresto por un cargo de asesinato en segundo grado desencadenó un tsunami de consecuencias. Ser arrestado equivalía a ser castigado; la «inocencia» nunca fue parte del cálculo. Parece que todos los sistemas de la sociedad se activaron en mi contra.

 

Antes del 2 de marzo de 2020, mi vida se veía genial, desde afuera. Vivía en la ciudad de Nueva York, habiendo conseguido un codiciado trabajo como enfermera en el Centro Médico Weill Cornell, joya de la corona del sistema hospitalario Presbiteriano de Nueva York (NYP). En mayo anterior, me había casado con el amor de mi vida, un hombre que conocí seis años antes. Había dado a luz a cuatro hijos cuando tenía 20 años, pero ahora, todos mis hijos estaban fuera de casa y prosperando. Estaba sobresaliendo en mis cursos de maestría en enfermería en la Universidad de Columbia. Cuando me gradué de la escuela secundaria, ya era madre de dos hijos y dejé pasar la oportunidad de asistir a Yale, demasiado intimidada por la idea en ese momento. Ahora, estaba aprovechando una segunda oportunidad.

 

Sin embargo, una inspección más cercana revelaría la verdad. A principios de 2020, asistía a Al-Anon, una organización que apoya a familiares de personas con alcoholismo. Estaba aprendiendo los principios de separarme con amor de un esposo que había recaído. Cuando mi esposo bebía, ese hombre dulce y amoroso se convertía en un monstruo abusivo física y mentalmente. Para escapar de él, me había mudado a mi propio apartamento en el Upper Westside de Manhattan, pero pronto resultó estar demasiado cerca para mantenerme a salvo, y para marzo de 2020, planeaba mudarme a Queens.

 

La noche del 2 de marzo de 2020, mi esposo borracho vino a mi casa, me estranguló y trató de quitarme el bolso. Grité pidiendo ayuda. Nadie vino. Agarré un cuchillo para tratar de ahuyentarlo. No funcionó. Decidiendo que era más seguro darle el dinero que exigía, guardé el cuchillo para buscar mi billetera. Cuando no pude encontrarlo, se enfureció más. Se lanzó de nuevo hacia mí.

 

Como enfermera, sabía mejor que muchos el peligro que enfrentaba cuando me puso en estrangulamientos, comprimiendo simultáneamente mis dos arterias carótidas. Sabía que cada vez que hacía esto, fácilmente podía estrangularme hasta la muerte. Para defenderme, agarré otro cuchillo. Tropezó viniendo hacia mí, empalándose en la espada.

 

Llamé al 911. Estaba desesperada por salvarlo. La herida resultó demasiado grave. Él murió.

 

Cuando llegó la ambulancia, también llegó la policía. Fui arrestado en cuestión de minutos.

 

Al negarme la libertad bajo fianza, me llevaron a Rikers Island, una de las cárceles más notorias del país. La mayoría de las personas allí están encarceladas antes del juicio, lo que significa que no han sido declaradas culpables por un tribunal de justicia. Sin embargo, los oficiales correccionales inmediatamente comenzaron a llamarme «recluso», negándose a usar el término «detenido», según lo ordenado por la Junta Correccional de la Ciudad de Nueva York.

 

Pronto me conocerían más por mi libro y número de caso que por mi nombre. Mi propia identidad fue una víctima temprana.

 

Pronto llegaron más bajas. Me negaron mi medicamento recetado para la migraña, me ofrecieron solo una alternativa que nunca había funcionado para mí. Mis debilitantes dolores de cabeza regresaron con venganza.

 

Y cuando COVID-19 cerró las visitas en persona, Rikers, por primera vez en su historia, permitió las visitas telefónicas. Pero la cárcel continuó con su política de ordenar registros completos de desnudez corporal y cavidades corporales antes y después de cada visita. No importaba que el contrabando no pudiera pasar a través de la pantalla de una computadora, o que las búsquedas fueran una clara violación de las enmiendas Octava y 14. Ahí quedaron mis derechos humanos y constitucionales.

 

Mientras soportaba este abuso en Rikers, la pandemia se apoderaría por completo de la ciudad de Nueva York. Los pensamientos de volver a mi trabajo como enfermera me mantuvieron en marcha. Los hospitales estaban abarrotados de pacientes moribundos. Mis colegas merecían ayuda. El liderazgo del hospital del NYP proclamó públicamente que necesitaba a todas las enfermeras que pudiera conseguir. Mientras tanto, los activistas presionaban duramente por mi liberación. El departamento de recursos humanos de mi hospital les aseguró a mis abogados que se me permitiría regresar a trabajar si quedaba en libertad bajo fianza. El departamento no dio advertencias, solo garantías. Fui liberado a casa con monitoreo electrónico para esperar el juicio.

 

Poco después, el departamento legal del hospital se comunicó con mis abogados y les dijo que me iban a dar una licencia personal contra mi voluntad, aunque aceptaron continuar brindando seguro médico. Devastada por no poder ayudar a la ciudad afectada por la pandemia, pedí ser contratada para un puesto de telesalud. Seguramente esto podría liberar a otra enfermera para brindar atención directa al paciente. Sin embargo, me dijeron que no podía regresar a ningún puesto en NYP hasta que mi caso fuera adjudicado.

 

A medida que avanzaba la pandemia, no pude poner en práctica mis habilidades de enfermería que salvan vidas.

 

Irónicamente, en esta época, leí sobre el lanzamiento del «hospital Dalio Center for Health Justice», que «tiene como objetivo comprender y abordar las causas fundamentales de las inequidades en salud.» Me preguntaba, ¿cuán ciego está el sistema de salud ante la interseccionalidad del racismo sistémico? Mi caso revela un claro ejemplo de cómo estos sistemas conspiran juntos para traumatizar y victimizar aún más a las personas que se parecen a mí. La atención médica no vive en un silo fuera de estos sistemas. Es un pilar que defiende el maltrato racista.

 

Me vi obligado a permanecer desempleado en la ciudad de Nueva York. Muchas personas pierden sus empleos después de ser arrestadas. Gracias a algunos ahorros — y a los organizadores que se unieron para organizar una recaudación de fondos para mis gastos, fui mucho más afortunado que la mayoría. La pérdida de empleos después del arresto a menudo conduce a la pérdida de vivienda y seguro de salud, inseguridad alimentaria y niños acogidos en hogares de guarda, en una cascada devastadora de castigos brutales.

 

Mi arresto también resultó en perder mi lugar en la escuela. Mientras estuve encarcelado, mi familia intentó comunicarse con la Universidad de Columbia. Ellos no respondieron. No fue hasta que estuve en casa revisando correos electrónicos que encontré una carta que decía que Columbia me había puesto en «suspensión provisional». Fui considerada persona no grata, excluida de sus propiedades.

 

La universidad declaró que era sospechoso de cometer » mala conducta basada en el género.»No podía volver a inscribirme en las clases, dijeron, por la seguridad de la comunidad. Lloré durante mucho tiempo. Mi victimización estaba siendo retorcida sobre mí.

 

Luché contra Columbia. Señalé que estaban violando su propia política porque las clases habían hecho la transición a Zoom. Cedieron, un poco. Regresé a clase, pero aún tenía restricciones físicas.

 

Mientras tanto, excluido del hospital, traté de encontrar otro empleo. Comenzó un patrón sombrío: recibiría una oferta, solo para que el arresto apareciera en la verificación de antecedentes. Las ofertas fueron retiradas.

 

Dejé de postular.

 

No estaba solo. Con todos estos sistemas enredados apilados contra los acusados, muchas personas se rinden. No es casualidad que más del 95 por ciento de los cargos terminen en negociación de culpabilidad. En mi caso, la evidencia estaba claramente a mi favor: Mi esposo tenía antecedentes de abusar de su ex esposa, fue grabado abusando de mí, admitió el abuso por escrito y fue testigo de «alboroto» en nuestro edificio más temprano el día antes de que llegara a casa. El médico forense no pudo refutar mi versión de los hechos. Y llamé al 911 para tratar de salvar la vida de mi esposo. Además, tenía a muchos organizadores de base comprometidos de mi lado. Sin embargo, a pesar de todo esto, incluso yo estuve muy cerca de aceptar una declaración que pusiera fin a la tortura, para proteger mi licencia. El juez en mi caso se negó a aceptar la declaración, diciendo que era demasiado indulgente.

 

Apenas 10 días antes del juicio, cuando quedó claro que su evidencia de mala calidad sería expuesta en la corte, el fiscal de Distrito de Manhattan, Alvin Bragg, admitió que ni siquiera creía que yo hubiera cometido un asesinato. Retiró los cargos en mi contra. Sin embargo, no tengo ninguna duda de que él y la corte habrían aceptado felizmente una declaración que me costó mi carrera.

 

Volví a trabajar en Weill Cornell, aunque me preocupa mi futuro allí. Las personas francas no duran mucho. También completé mi maestría, solo asistí amargamente a la graduación de Columbia para poder organizar una protesta. Lo hice.

 

Ser acusado me ha dejado desilusionado y traumatizado. A pesar de todas mis ventajas, enfrenté malos tratos no solo a manos del sistema legal penal, sino de todas las grandes instituciones que encontré. Me pregunto si alguien que se parece a mí alguna vez experimenta la presunción de «inocencia».»Fui señalado culpable desde el principio. Estas etiquetas no significan nada dentro de un sistema que es en sí mismo culpable de robar tantas vidas.

 

Los últimos tres años y medio me han llevado a creer que el sistema legal penal no puede reformarse. Estos años me han llevado a preguntarme: Si dejamos atrás los sistemas opresivos que privan a las personas de atención médica, vivienda, empleo, seguridad y su propia libertad, ¿qué podríamos crear en su lugar?

 

Ensayo en ingles por Truthout

Traducido al español por V de Invisible.

 

El movimiento de Kronstadt. Alexander Berkman.

 

Los marineros de Kronstadt se alarmaron visiblemente ante los acontecimientos de Petrogrado. Su actitud frente a las medidas tomadas por el gobierno contra los huelguistas estaba lejos de ser amistosa. Sabían lo que tuvo que soportar el proletariado revolucionario de la capital durante los primeros días de la revolución, su heroica lucha contra Yudenich, la paciencia con que toleró las privaciones y la miseria.

Pero Kronstadt estaba lejos también de favorecer la Asamblea Constituyente, o la experiencia del comercio libre de que se hablaba en Petrogrado. Los marinos eran, tanto espiritualmente como en la acción, ante todo, revolucionarios. Eran los partidarios más decididos del sistema de los soviets, pero se oponían a la dictadura de un partido político cualquiera.
El movimiento de simpatía hacia los obreros huelguistas de Petrogrado, comenzó primeramente entre los marinos de los barcos de guerra Petropavlovsk y Sebastopol, los mismos navíos que en 1917 fueron el apoyo principal de los bolcheviques. El movimiento se extendió a toda la flota de Kronstadt, y después a los regimientos estacionados allí. El 28 de febrero la tripulación del Petropavlovsk adoptó una resolución que ob- tuvo también el consentimiento de los marinos del Sebastopol. La resolución pedía, entre otras cosas, reelecciones libres del Soviet de Kronstadt, cuyo mandato iba pronto a expirar. Al mismo tiempo fue enviada a Petrogrado una comisión de marinos para obtener informaciones sobre la situación.

El 1.º de marzo se celebró una reunión pública en la plaza del Ancla, en Kronstadt; fue convocada oficialmente por las tripulaciones de la primera y la segunda escuadra de la flota del Báltico. Dieciséis mil marineros, soldados rojos y trabajadores acudieron a ella; la presidió el presidente del Comité ejecutivo del Soviet de Kronstadt, el comunista Vasiliev. El presidente de la República socialista federativa de los Soviets, Kalinin, y el comisario de la flota del Báltico, Kuzmin, estaban presentes, y tomaron la palabra. Debe hacerse notar aquí, como indicación de la actitud amistosa de los marinos hacia el gobierno bolchevique, que Kalinin, a su llegada a Kronstadt, fue recibido con los honores militares, con música y con banderas desplegadas.

La comisión de marinos que había sido enviada a Petro- grado presentó su informe en el mitin. Este informe confirmó las peores aprensiones de Kronstadt. La reunión expresó abiertamente su indignación contra los métodos empleados por los comunistas para sofocar las aspiraciones de los obreros de Petrogrado. La resolución adoptada por el Petropavlovsk el 28 de febrero fue entonces presentada a los reunidos. El presidente de la República, Kalinin, y el comisario Kuzmin atacaron fe- rozmente la resolución, a los huelguistas de Petrogrado y a los marinos de Kronstadt. Pero sus argumentos no impresionaron a los asistentes y la resolución del Petropavlovsk fue adoptada por unanimidad. He aquí el documento histórico:

«Resolución de la reunión general de la primera y segunda es- cuadra de la flota del Báltico, celebrada el 1.º de marzo de 1921 Habiendo oído el informe de los representantes enviados a Petrogrado por la reunión general de las tripulaciones para examinar allí la situación, Decide:

1) dado que los soviets actuales no expresan la voluntad de los obreros y de los campesinos, celebrar inmediatamente las nuevas elecciones por voto secreto, teniendo completa libertad de agitación entre los obreros y campesinos la campaña electoral;
2) establecer la libertad de palabra y de prensa para todos losobreros y campesinos, para los anarquistas y para los partidos socialistas de la izquierda;
3) asegurar la libertad de reunión para los sindicatos y para las organizaciones campesinas;
4) convocar una conferencia independiente de los obreros, sol- dados rojos y marinos de Petrogrado, antes del 10 de marzo de 1921;
5) liberación de todos los presos políticos socialistas y también de todos los obreros, campesinos, soldados y marinos encarcelados por el delito de participación en los movimientos obreros y campesinos;
6) elegir una comisión de examen de los casos de aquellos que se encuentran en las prisiones y en los campos de concentración;
7) abolir las oficinas políticas, porque ningún partido debe tener privilegios para la propaganda de sus ideas, ni recibir la ayuda financiera del gobierno para tales fines. En su lugar será necesario instituir comisiones de educación y de cultura social, elegidas localmente y sostenidas materialmente por el gobierno;
8) abolir inmediatamente los «destacamentos de portazgo»1;
9) igualación de las raciones para todos aquellos que trabajan en oficios peligrosos para la salud;
10) abolición de los destacamentos comunistas de guerra en todas las secciones del ejército, lo mismo que de la guardia comunista apostada en los talleres y en las fábricas; en caso de necesidad, estos destacamentos o pelotones de guardia deberán ser designados en el ejército, desde las filas mismas, y en las fábricas según los deseos de los obreros;
11) dar a los campesinos plena libertad de acción en lo que con- cierne a sus tierras y también el derecho a poseer ganado, a condición de que se arreglen los campesinos mismos sin tener que recurrir a la explotación ajena;
12) pedir a todas las secciones del ejército y a nuestros camaradas los kursanty militares que acepten nuestras resoluciones;
13) pedir a la prensa que dé la mayor publicidad a nuestras resoluciones;
14) designar una comisión ambulante de control;
15) permitir la pequeña industria a domicilio.

La resolución es adoptada por unanimidad por la reunión de la brigada, absteniéndose de votar sólo dos personas.
PETRICHENKO
Presidente de la reunión de la brigada PEREPELKIN
Secretario
Resolución adoptada por aplastante mayoría por la guarnición de Kronstadt.
VASILIEV
Presidente.»

 

Esta resolución que, como hemos dicho ya, fue combatida ardientemente por Kalinin, fue adoptada a pesar de su protesta. Después de la reunión, Kalinin pudo volver a Petrogrado sin ser inquietado.

En esta misma reunión se resolvió enviar a Petrogrado un comité que explicaría a los obreros y a la guarnición de la capital las peticiones de Kronstadt y pediría que delegados independientes (no pertenecientes a ningún partido) fuesen enviados por ellos a esta ciudad para informarse sobre el estado verídico de las cosas y sobre las peticiones de los marinos. Este comité, compuesto de treinta miembros, fue detenido en Petrogrado por los bolcheviques; su suerte ha quedado siempre en el misterio.

Como la existencia legal del Soviet de Kronstadt llegaba a su término, la reunión de la brigada decidió convocar una conferencia de delegados para el 2 de marzo, a fin de discutir el modo de celebrar las elecciones. En la conferencia tomaban parte representantes de los navíos de guerra, de la guarnición, de las diferentes instituciones soviéticas, de los sindicatos y de los talleres. Cada organización estaba representada por dos de- legados.

Celebróse la conferencia el 2 de marzo en la Casa de Educación (anteriormente Escuela de Ingenieros de Kronstadt), asistiendo a ella trescientos delegados, entre los que se encontraban también comunistas.

La reunión, abierta por el marino Petrichenko, eligió una presidencia de cinco miembros. La cuestión principal a resolver por los delegados concernía a las nuevas elecciones del Soviet

de Kronstadt, que debían verificarse pronto, y establecer los principios sobre los cuales deberían celebrarse. La reunión tenía también que poner en práctica las resoluciones adoptadas la víspera y acordar los mejores medios para ayudar al país a salir de las condiciones lamentables creadas por el hambre y por la falta de calefacción.

El espíritu de la conferencia era claramente sovietista; Kronstadt exigía los Soviets libres de toda intervención y de todo partido político, Soviets independientes que fueran el reflejo de las aspiraciones de los obreros y campesinos y expresaran su voluntad. La actitud de los delegados era antagónica al régimen arbitrario de los comisarios burocráticos, pero simpática a la orientación del partido comunista como tal. Eran partidarios abnegados del sistema de los Soviets y sinceros en su deseo de encontrar amistosa y pacíficamente una solución a es- tos problemas apremiantes.

El comisario de la flota del Báltico, Kuzmin, fue el primero en usar de la palabra. Hombre más bien de energía que de juicio, no se dio cuenta de la gran importancia del movimiento. No supo ponerse a la altura de la situación; atraerse los corazones y cerebros de estos hombres tan sencillos, mari- nos y trabajadores, que habían hecho tantos sacrificios por la revolución y estaban extenuados y desesperados. Los delega- dos se habían reunido para entenderse con los representantes del gobierno. Pero en lugar de ese espíritu conciliador, el discurso de Kuzmin fue una antorcha encendida lanzada sobre pólvora. Indignó a todos por su arrogancia y su insolencia. Negó los tumultos obreros de Petrogrado, diciendo que la ciudad estaba tranquila y los obreros satisfechos. Alabó el trabajo de los comisarios, puso en duda los motivos revolucionarios de Kronstadt y habló de los peligros que amenazaban por la parte de Polonia. Llegó hasta proferir insinuaciones indignas y a rugir amenazas. «Si queréis la guerra abierta, concluyó Kuzmin, la tendréis, porque los comunistas no aflojarán las riendas del gobierno. Lucharemos hasta el fin.»

El discurso provocativo y desprovisto de tacto del comisario de la flota del Báltico fue un insulto a los delegados. El discurso del presidente del Soviet de Kronstadt, el comunista Vasiliev, que habló después de Kuzmin, no causó ninguna impresión; fue impreciso y sin mérito. Cuanto más se desarrollaba el mitin, más francamente antibolchevique se tornaba la actitud general. Y, sin embargo, los delegados esperaban llegar todavía a entenderse con los representantes del gobierno. Pero se advirtió en seguida, decía el informe oficial2, que «no podíamos tener confianza en nuestros camaradas Kuzmin y Vasiliev, y que se había hecho necesario aislarnos temporalmente, sobre todo porque los comunistas están en posesión de las ar- mas y nosotros no tenemos acceso a los teléfonos. Los soldados tienen miedo a los comisarios, de lo cual tenemos la prueba en la carta leída en la reunión de la guarnición».

Kuzmin y Vasiliev fueron entonces alejados de la reunión y arrestados. Un rasgo característico del espíritu de la conferencia está en el hecho de que una moción que pedía el arresto de los demás comunistas presentes fue rechazada por inmensa mayoría. Los delegados sostenían que los comunistas debían ser considerados igualmente que los representantes de las otras organizaciones y debían gozar de los mismos derechos y res- petos. Kronstadt estaba siempre resuelta a hallar una base de reconciliación con el partido comunista y con el gobierno bolchevique.

Las resoluciones del 1.º de marzo fueron leídas y adoptadas con entusiasmo. En ese momento la reunión se animó y excitó vivamente al declarar un delegado que quince camiones de sol- dados y de comunistas armados de fusiles y de ametralladoras habían sido enviados por los bolcheviques con orden de atacar a los reunidos. «Esta información —continúa el informe del Izvestia— promovió un profundo resentimiento entre los dele- gados.» La investigación hecha demostró que el informe carecía de todo fundamento, pero persistían los rumores de que un destacamento de kursanty, con el famoso chekista Dukin a la cabeza, marchaba ya en dirección al fuerte de Krasnaya Gorka. En vista de estos nuevos acontecimientos y de las amenazas de Kuzmin y de Kalinin, la conferencia se dedicó inmediatamente a organizar la defensa de Kronstadt contra el ataque bolchevique. El tiempo apremiaba y se decidió transformar la presidencia de la conferencia en un Comité revolucionario provisional, que tenía por deber mantener el orden y la salvaguardia de la ciudad. El Comité debía emprender también los preparativos necesarios para celebrar las nuevas elecciones del Soviet de Kronstadt.

Notas

1 Zagraaditelnye otriady, destacamentos armados organizados por los bolcheviques para suprimir el comercio ilícito y para confiscar los víveres y otros productos. La irresponsabilidad y la arbitrariedad de estos métodos se han hecho proverbiales en toda la extensión del país. El gobierno suprimió estos destacamentos en la provincia de Petro- grado la víspera de su ataque a Kronstadt —una jugarreta al proletariado de Petrogrado.

2 Izvestia, del Comité Revolucionario provisorio de Kronstadt, número 9; 11 de marzo de 1921.

 

Este texto pertenece al Capitulo II del libro «Kronstadt» de Alexander Berkman.

Una carta abierta de Assata Shakur.

5 de octubre de 2013
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Mi nombre es Assata Shakur,y soy una esclava fugitiva del siglo XX. Debido a la persecución del gobierno, no me quedó más remedio que huir de la represión política, el racismo y la violencia que dominan la política del gobierno de los EE.UU. hacia las personas de color. Soy ex presa política y vivo exiliada en Cuba desde 1984.

He sido activista política la mayor parte de mi vida, y aunque el gobierno de los EE.UU. ha hecho todo lo que ha estado a su alcance para criminalizarme, no soy un criminal, ni lo he sido nunca. En la década de 1960, participé en varias luchas: el Movimiento de Liberación Negra, el movimiento por los derechos de los estudiantes y el movimiento para poner fin a la guerra en Vietnam. Me uní al Partido Pantera Negra.

Para 1969, el Partido Pantera Negra se había convertido en la organización número uno atacada por el programa COINTELPRO del FBI. Debido a que el Partido Pantera Negra exigía la liberación total del pueblo negro, J. Edgar Hoover lo llamó «la mayor amenaza para la seguridad interna del país» y prometió destruirlo a él y a sus líderes y activistas.

En 1978, mi caso fue uno de los muchos casos presentados ante la Organización de las Naciones Unidas en una petición presentada por la Conferencia Nacional de Abogados Negros, la Alianza Nacional Contra la Represión Racista y Política y la Comisión de Justicia Racial de la Iglesia Unida de Cristo, exponiendo la existencia de presos políticos en los Estados Unidos, su persecución política y el trato cruel e inhumano que reciben en las cárceles estadounidenses. Según el informe:

«El FBI y el Departamento de Policía de Nueva York, en particular, acusaron y acusaron a Assata Shakur de participar en ataques contra personal policial y difundieron ampliamente tales cargos y acusaciones entre agencias y unidades policiales. El FBI y la policía de Nueva York la acusaron además de ser líder del Ejército de Liberación Negra, que el gobierno y sus respectivas agencias describieron como una organización dedicada a disparar contra policías.»

«Esta descripción del Ejército de Liberación Negro y la acusación de la relación de Assata Shakur con él fue ampliamente difundida por agentes gubernamentales entre agencias y unidades policiales. Como resultado de estas actividades del gobierno, la Sra. Shakur se convirtió en una persona perseguida; carteles en comisarías y bancos la describían como involucrada en actividades delictivas graves; fue destacada en la lista de los más buscados del FBI; y para la policía en todos los niveles, se convirtió en un objetivo de ‘disparar a matar’.”

Fui acusada falsamente en seis «casos penales» diferentes, y en los seis casos, finalmente fui absuelto o los cargos fueron desestimados. El hecho de que fuera absuelto o que los cargos fueran desestimados no significaba que recibiera justicia en los tribunales; ciertamente ese no fue el caso. Solo significaba que las «pruebas» presentadas en mi contra eran tan endebles y falsas que mi inocencia se hizo evidente. Esta persecución política era parte integrante de la política del gobierno de eliminar a los opositores políticos acusándolos de delitos y arrestándolos sin tener en cuenta la base fáctica de tales cargos.

Montaje político

El 2 de mayo de 1973, yo, junto con Zayd Malik Shakur y Sundiata Acoli, fuimos detenidos en la autopista de peaje de Nueva Jersey, supuestamente por una «luz trasera defectuosa. Sundiata Acoli salió del auto para determinar por qué nos detuvieron . Zayd y yo nos quedamos en el coche. El policía estatal [James] Harper luego se acercó al automóvil, abrió la puerta y comenzó a interrogarnos.

Debido a que éramos negros y viajábamos en un automóvil con placas de Vermont, afirmó que comenzó a «sospechar.»Luego sacó su arma, nos apuntó y nos dijo que levantáramos las manos al aire, frente a nosotros, donde pudiera verlas. Obedecí, y en una fracción de segundo, se escuchó un sonido que provenía del exterior del automóvil; hubo un movimiento repentino, y me dispararon una vez con los brazos levantados en el aire y luego una vez más por la espalda.

Zayd Malik Shakur fue asesinado más tarde; el soldado Werner Foerster fue asesinado; y aunque el soldado Harper admitió que disparó y mató a Zayd Malik Shakur, bajo la ley de asesinato por delito grave de Nueva Jersey, fui acusado de matar a Zayd Malik Shakur, quien era mi mejor amigo y camarada, y acusado de la muerte del soldado Foerster. Nunca en mi vida había sentido tanto dolor. Zayd había jurado protegerme y ayudarme a llegar a un lugar seguro, y estaba claro que había perdido la vida tratando de protegernos a mí y a Sundiata.

Aunque también estaba desarmado, y el arma que mató al soldado Foerster se encontró debajo de la pierna de Zayd, Sundiata Acoli, quien fue capturada más tarde, también fue acusada de ambas muertes. Ni Sundiata Acoli ni yo recibimos un juicio justo. Ambos fuimos condenados en los medios de comunicación mucho antes de nuestros juicios. Nunca se permitió que ningún medio de comunicación nos entrevistara, aunque la policía de Nueva Jersey y el FBI enviaban historias a la prensa a diario.

En 1977, un jurado compuesto exclusivamente por blancos me condenó a cadena perpetua más 33 años de prisión. En 1979, temiendo ser asesinada en prisión y sabiendo que nunca recibiría justicia, fui liberada de la prisión, ayudada por camaradas comprometidos que entendieron las profundidades de las injusticias en mi caso y que también temían extremadamente por mi vida.

El informe de la Comisión Eclesiástica del Senado de los EE.UU. de 1976 sobre operaciones de inteligencia dentro de los EE. UU. reveló que «El FBI ha intentado influir de manera encubierta en la percepción pública de personas y organizaciones difundiendo información despectiva a la prensa, ya sea de forma anónima o a través de contactos noticiosos ‘amistosos’. Evidentemente, esta misma política sigue estando muy vigente en la actualidad.

El Dic. El 24 de enero de 1997, la Policía Estatal de Nueva Jersey convocó una conferencia de prensa para anunciar que la Policía Estatal de Nueva Jersey había escrito una carta al Papa Juan Pablo II pidiéndole que interviniera en su nombre y ayudara a que me extraditaran de regreso a las cárceles de Nueva Jersey. La Policía Estatal de Nueva Jersey se negó a hacer pública su carta. Sabiendo que probablemente habían distorsionado totalmente los hechos e intentado que el Papa hiciera el trabajo del diablo en nombre de la religión, decidí escribirle al Papa para informarle sobre la realidad de la «justicia» para los negros en el estado de Nueva Jersey y en los Estados Unidos.

 

‘Todo lo que tengo es mi voz’

En enero de 1998, durante la visita del Papa a Cuba, acepté hacer una entrevista con el periodista de NBC Ralph Penza en torno a mi carta al Papa, sobre mis experiencias en el sistema judicial de Nueva Jersey y sobre los cambios que vi en los Estados Unidos y su trato a los negros en los últimos 25 años. Acepté hacer esta entrevista porque vi esta carta secreta al Papa como una maniobra publicitaria viciosa y vulgar por parte de la Policía Estatal de Nueva Jersey y como un intento cínico de manipular al Papa Juan Pablo II.

He vivido en Cuba durante muchos años y estaba completamente fuera de contacto con la naturaleza sensacionalista y deshonesta de los medios de comunicación del establishment de hoy. Hoy es peor que hace 30 años. Después de años de ser víctima de los medios «establecidos», fue ingenuo de mi parte esperar que finalmente tuviera la oportunidad de contar » mi versión de los hechos.”

En lugar de una entrevista conmigo, lo que tuvo lugar fue un «evento mediático escenificado» en tres partes, lleno de distorsiones, inexactitudes y mentiras descaradas. NBC tergiversó deliberadamente los hechos. NBC no solo gastó miles de dólares promocionando esta «serie de entrevistas exclusivas» en NBC, sino que también gastó una gran cantidad de dinero publicitando esta «entrevista exclusiva» en estaciones de radio negras y también colocó avisos en periódicos locales. . . .

Como la mayoría de las personas pobres y oprimidas en los Estados Unidos, no tengo voz. Los negros, los pobres en los Estados Unidos no tienen verdadera libertad de expresión, no tienen verdadera libertad de expresión y muy poca libertad de prensa. La prensa negra y los medios progresistas han jugado históricamente un papel esencial en la lucha por la justicia social. Necesitamos continuar y expandir esa tradición. Necesitamos crear medios de comunicación que ayuden a educar a nuestra gente y a nuestros hijos y no aniquilar sus mentes.

Soy una sola mujer. No soy dueño de estaciones de televisión, estaciones de radio o periódicos. Pero siento que la gente necesita ser educada sobre lo que está sucediendo y comprender la conexión entre los medios de comunicación y los instrumentos de represión en Estados Unidos. Todo lo que tengo es mi voz, mi espíritu y la voluntad de decir la verdad. Pero les pido sinceramente a aquellos de ustedes en los medios negros, a aquellos de ustedes en los medios progresistas, a aquellos de ustedes que creen en la verdad y la libertad, que publiquen esta declaración y le hagan saber a la gente lo que está sucediendo. No tenemos voz, así que debes ser la voz de los que no tienen voz.

Liberen A Todos Los Presos Políticos. Les Envío Amor y Saludos Revolucionarios desde Cuba, Uno de los Palenques (Campamentos Cimarrones) Más Grandes, Resistentes y Valientes Que Jamás Haya Existido sobre la Faz de Este Planeta.

 

Assata Shakur, Havana, Cuba

 

Esta carta fue publicada el 7 de marzo de 2024 en Hoodcomunist

 

Traducida al español por V de Invisible.