Desórdenes obreros en Petrogrado. Alexander Berkman.

Era al comienzo de 1921. Los largos años de guerra mundial, de revolución y de guerra civil debilitaron a Rusia hasta el extremo de la extenuación y pusieron al pueblo en la pendiente de la desesperación. Pero, en fin, la guerra civil terminó: los numerosos frentes fueron liquidados, y Wrangel —la última carta de la Entente intervencionista y de la contrarrevolución rusa— fue derrotado, concluyendo su actividad militar en Rusia. El pueblo esperaba ahora con confianza una mitigación del severo régimen bolchevique. Se esperaba que los comunistas, terminada la guerra civil, aligerarían las pesadas cargas, abolirían las restricciones introducidas durante la guerra, instaurarían ciertas libertades fundamentales y comenzarían la organización normal de la vida. Lejos de ser popular, el gobierno bolchevique era, por el contrario, soportado por los obreros debido a su plan, frecuentemente anunciado, de emprender la reconstrucción económica del país tan pronto cesaran las operaciones militares. El pueblo estaba lleno de celo para cooperar, para prestar su iniciativa y su esfuerzo creador en la obra de reconstrucción del país arruinado.

Desgraciadamente, estas esperanzas fueron pronto frustradas. El Estado comunista no evidenció, de ningún modo, tener la intención de debilitar el yugo. Continuaba la misma política. La militarización del trabajo esclavizaba aún más al pueblo, y éste se exacerbaba más y más por la opresión creciente y por la tiranía. Tal estado de cosas paralizaba toda posibilidad de un renacimiento industrial.

Desaparecía la última esperanza y se reforzaba la convicción de que el partido comunista estaba más interesado en conservar el poder político que en salvar la revolución.

El elemento más revolucionario de Rusia, el proletariado de Petrogrado, fue el primero en protestar. Lanzó la acusación de que, entre otras causas, la centralización bolchevique, la burocracia y la actitud autocrática con los campesinos y obreros eran directamente responsables, en gran parte, de la miseria y de los sufrimientos del pueblo. Gran número de talleres y fábricas de Petrogrado debieron cerrar sus puertas; los obreros se morían literalmente de hambre. Organizaron reuniones para considerar la situación, y fueron dispersados por el gobierno. El proletariado de Petrogrado, que soportó todo el peso de las luchas revolucionarias, y cuyos enormes sacrificios y heroísmo salvaron la ciudad contra Yudenich, se irritó ante los manejos del gobierno. La animosidad contra los métodos empleados por los bolcheviques continuaba creciendo. Los comunistas rehusaban las menores concesiones al proletariado, ofreciendo al mismo tiempo entenderse con los capitalistas de Europa y de América. Los obreros se indignaron. Con el fin de forzar al gobierno a examinar sus exigencias, se declararon huelgas en la fábrica de municiones («Patronny»), en las fábricas del Báltico y de Trubochny, en la fábrica de Laferni. Pero en lugar de discutir la cuestión con los obreros descontentos, el gobierno de los obreros y campesinos creó un Comité de defensa como en período de guerra, con Zinoviev —el hombre más odiado de Petrogrado— como presidente. El fin manifiesto de este Comité era el de estrangular el movimiento huelguista.

El 24 de febrero se declararon las huelgas. El mismo día los bolcheviques enviaron los «kursanty» —los estudiantes comunistas de la academia militar que se preparaban para los grados de oficiales del ejército y de la marina— para dispersar a los trabajadores que se habían reunido en Vasilievsky Ostrov, el barrio obrero de Petrogrado. Al día siguiente, el 25 de febrero, indignados, los huelguistas de Vasilievsky Ostrov visitaron los astilleros del Almirantazgo y los docks de la Galernaya y persuadieron a los obreros a asociarse contra la actitud autocrática del gobierno. La demostración intentada en las calles de la ciudad por los huelguistas, fue dispersada por los soldados.

El 26 de febrero, en la reunión del Soviet de Petrogrado, un conocido comunista, Laskevich, miembro del Comité de defensa y del Consejo militar revolucionario de la república, denunció el movimiento huelguista en los términos más acerbos. Acusó a los obreros de la fábrica de Trubochny de haber incitado al descontento y de ser «hombres que no pensaban más que en su provecho personal y que eran contrarrevolucionarios»; fríamente propuso cerrar la fábrica de Trubochny, proposición aceptada por el Comité ejecutivo del Soviet de Petrogrado, del que Zinoviev era presidente. Los huelguistas de Trubochny fueron, pues, lock-outados y privados automáticamente, por consecuencia, de su ración de víveres.

En las calles de Petrogrado comenzaron a aparecer proclamas de huelga. Algunas de ellas llevaban ya un carácter franca- mente político; el más característico de estos manifiestos, fijado en los muros de la ciudad el 27 de febrero, decía:

«Se ha hecho necesario un cambio completo en la política del gobierno. En primer lugar, los obreros y los campesinos tienen necesidad de libertad. No quieren vivir según los decretos de los bolcheviques: ¡quieren controlar sus propios destinos!
»¡Camaradas, mantened el orden revolucionario! Exigid de un modo organizado y decidido:
»La liberación de todos los socialistas y de los obreros sin partido encarcelados;
»La abolición del estado de sitio; la libertad de palabra, de prensa y de reunión para todos los que trabajan;
»La elección libre de los Comités de fábrica y de los representantes a los sindicatos y a los soviets;
»¡Organizad reuniones, adoptad resoluciones, enviad vuestros delegados a las autoridades y trabajad en la realización de vuestras exigencias.»

 

El gobierno respondió efectuando numerosos arrestos y suprimiendo varias organizaciones obreras. Esta medida aumentó aun más la efervescencia de las masas; las peticiones reaccionarías comenzaron a aparecer. Así, una proclama de los «obreros socialistas del distrito de Nevsky» apareció el 28 de febrero, terminando con un llamamiento en favor de la Asamblea Constituyente:

«Sabemos quién tiene miedo de la Asamblea Constituyente. Son los que no podrán robar al pueblo entonces. Tendrán, al contrario, que responder ante los representantes del pueblo por sus mistificaciones, sus robos y sus crímenes.
»¡Abajo los comunistas odiados!
»¡Abajo el gobierno sovietista!
»¡Viva la Asamblea Constituyente!»

Durante este tiempo, los bolcheviques concentraron en Petrogrado considerables fuerzas militares llevadas de la provincia, y mandaban a la capital del norte, desde la línea del frente, los regimientos comunistas más fieles. Petrogrado fue declarado en «estado extraordinario de guerra». Los huelguistas fueron subyugados por la fuerza y la agitación obrera aplastada con mano de hierro.

Este es el primer capitulo del libro «Kronstadt» de Alexander Berkman.

Descolonización y comunización. Por Inéditas.

Aquí hay un breve texto, escrito hace 5 años, sobre descolonización y comunización. Es un tema que aún necesita más desarrollo, pero este artículo describe cómo este proyecto ve el emparejamiento de estas dos vías radicales y cómo podrían complementarse entre sí.

Recientemente nos preguntaron sobre nuestros pensamientos sobre comunización y descolonización y este ensayo es nuestra respuesta.

En primer lugar, cabe señalar que el entorno de comunización es de hecho de origen europeo y en gran medida no aborda nuestra realidad colonialista de colonos en las llamadas Américas. Sus escritores, en gran parte europeos, están conceptualizando desde un contexto diferente al que vivimos en las llamadas Américas (y otras tierras colonizadas).

Entonces, ¿por qué seguimos hablando de comunización?

Aquellos de nosotros que trabajamos en este proyecto todavía encontramos valor en la teoría de la comunización porque demuestra una manera clara de generar las condiciones para el comunismo de inmediato.

Pero, ¿Qué es el comunismo? Para nosotros, y para nuestros compañeros de viaje, el comunismo no es un modo de producción. No es solo un sistema económico de distribución de la riqueza «más justa». Es un amplio espectro de formas de vida que se basan en las relaciones sociales comunitarias, incluida (pero no exclusivamente) la ayuda mutua, la solidaridad, el colapso del binario de producción / consumo( por lo tanto, la abolición del trabajo), la abolición del Estado, la abolición del dinero, la abolición del valor, la abolición de la raza y el género como un sitio de opresión, la abolición del cis-heteropatriarcado (y todo lo que conlleva, como la heterosexualidad obligatoria). Algunos también llaman a esto anarquía. Una negación de lo que apuntala la civilización capitalista occidental.

No estamos interesados en una etapa de transición, como piden los ‘socialistas revolucionarios’, o de manera incremental, como piden los que piden ‘ doble poder ‘o’ construir la comuna’. Quienes trabajamos en este proyecto no somos indígenas, pero tenemos ascendencia indígena . Como nos han cortado los lazos con nuestras formas de vida mucho más comunales de nuestros respectivos antepasados indígenas, tenemos que encontrar otros caminos posibles hacia una vida libre y comunitaria sin apropiarnos indebidamente de las formas de vida indígenas contemporáneas o antiguas (aunque comprender estas formas de vida será primordial para el proyecto exitoso de asegurar una forma de vida comunitaria y libre que no nos condene a todos). No afirmamos que la comunización reemplazaría la resistencia y revuelta indígena contra el mundo capitalista colonial de colonos, sino que sostenemos que entendemos que sin esta resistencia y revuelta, el mundo capitalista colonial de colonos permanecerá.

También se debe tener en cuenta que aunque los teóricos de la comunización emplean categorías y conceptos marxistas 1, no ven estas categorías y conceptos como eternos. Los reconocemos como herramientas que Marx desarrolló para comprender y criticar el capitalismo (de su tiempo) y no necesariamente categorías y conceptos eternos que siempre existirán / existirían / deberían existir. No llevaremos estos conceptos a un mundo poscapitalista y descolonizado. En todo caso, el comunismo sobre el que escribimos sería una clara ruptura no solo con el capitalismo, el Estado, el patriarcado, la supremacía blanca, sino con la civilización occidental misma. Es por eso que los teóricos de la comunización a menudo se llaman a sí mismos comunistas y no marxistas.

Lo que la teoría de la comunización ofrece en gran medida no es un programa rígido, sino una comprensión de cómo funciona el capitalismo (con sus contornos incrustados de raza y género) y lo que significaría abolirlo. Permite espacio para la improvisación y la flexibilidad cuando se trata del proceso real de cómo podría ser el comunismo (o la anarquía). No hay una línea rígida del partido.

El comunismo no es un estado de cosas para establecer (o imponer), sino que es el movimiento real que anula el estado actual de las cosas. Y si los marxistas del comunismo, y algunos anarquistas, están tratando de establecer la misma relación colono-colonial con la tierra, entonces no es comunismo en absoluto. Los colonos que construyen una comuna en tierras ocupadas aún mantienen una sociedad de clases. Una sociedad de clases en la que los colonos todavía impiden que los indígenas reproduzcan sus formas de vida, como mejor les parezca.

Ahora la descolonización, como el comunismo, es un tema vasto. Y al igual que el comunismo pleno,la descolonización (o anticolonialismo) variará de un lugar a otro, de una biorregión a otra, etc. Un plan único para todos no existe (y no debería existir) y la creación de tal plan iría en contra de nuestras fuertes inclinaciones anarquistas.

Podemos pensar en la comunización y la descolonización como dos aspectos del mismo sistema climático. La comunización atacaría las relaciones sociales capitalistas que existen en la tierra ocupada, pero claramente no iría lo suficientemente lejos. Estamos escribiendo desde el territorio ocupado de Tongva, conocido por su nombre original Tovaangar, y simplemente crear comunismo (anarquía) y no intentar restaurar las tierras nativas a sus habitantes originales (una vez más) no sería comunismo en absoluto. La descolonización (anticolonialismo) nos recuerda que hay más por hacer.

El acoplamiento de comunización y descolonización reconoce, especialmente con el cambio climático cada vez más intenso, que los colonos no comprenden profundamente, ni siquiera superficialmente, la profunda historia natural de la tierra en la que se encuentran. Aquí en Los llamados Los Ángeles, enfrentamos constantemente el creciente peligro de incendios forestales masivos. Pero los incendios forestales son una parte antigua de este paisaje. La ecología del paisaje que se hizo famosa, a través de su particularización masiva, en todo el mundo depende del fuego para su rejuvenecimiento. Lo que ha causado un aumento del peligro para los humanos no es solo el cambio climático que trae menos lluvia y clima más cálido, sino también el hecho de que el desarrollo capitalista absoluto ha hecho rentable construir en lugares que antes arderían con poco efecto en la vida humana: colinas, en bosques de montaña, etc.

La comunización funciona como un correctivo del marxismo y el anarquismo de izquierda que simplemente exigen un tipo diferente de gestión de la producción (autogestión de los trabajadores, gestión estatal) en lugar de un conjunto fundamentalmente diferente de relaciones sociales. Incluso Marx señaló que el comunismo es parte del regreso de la comunidad humana a una reconexión con la tierra, en lugar del intento del capitalismo de controlarla y extraerle tanto valor (aunque también criticamos el humanismo). Desde el comienzo de la colonización, los pueblos indígenas de todo el mundo han repetido que la forma de vida capitalista colonial de los colonos no solo ha sido genocida, sino que también ha sido un acto absoluto de ecocidio.

Este es nuestro entendimiento. Un trabajo en progreso, pero nuestro entendimiento. No puede haber un ‘estado socialista descolonizado’, así como no existe el ‘socialismo científico’. Una forma de vida no puede ser una ciencia. Lo que deseamos es ver que las palabras comunismo, e incluso anarquía, eventualmente sean olvidadas y, en cambio, vivir en un mundo donde podamos estar íntimamente conectados con la tierra y entre nosotros, y entender que esta desconexión es una alienación mucho más antigua que la alienación que tenemos de nuestro trabajo bajo el capitalismo.

 

Traducido al español por V de Invisible

 

Texto original en ingles por Inéditas Ediciones.

https://ineditas.noblogs.org/post/2024/02/29/decolonization-communization/

Breve introducción a la vida de Serguéi Gennádievich Necháyev

 

Serguéi Gennádievich Necháyev / Серге́й Генна́диевич Неча́ев/, también transcrito como Nechaev, (1847-1882). Nació el 2 de octubre de 1847, en Ivánovo, (Rusia) y murió en su celda entre el 21 de noviembre y el 3 de diciembre de 1882 en San Petersburgo (Imperio ruso).

Fue una figura revolucionaria rusa popularmente asociada con los movimientos nihilista y anarquista y conocido por su teoría de la revolución con medios mínimos y por su extremismo.

Biografía.

 

Nace el 2 de octubre de 1847, en Ivánovo, (Rusia) una villa dedicada a la industria textil, de padres de clase baja.

En 1865, contando con 18 años, Necháyev se traslada a Moscú, (Rusia) donde trabaja para el historiador Mijaíl Pogodin. Un año más tarde se instala en San Petersburgo, (Imperio ruso) como profesor en prácticas, relacionándose con el ambiente intelectual de la juventud que asiste a la Universidad de la ciudad, participando en el activismo estudiantil entre 1868-1869, liderando una minoría radical con Piotr Tkachov y otros, bajo la influencia de la literatura del Decembrismo, el Círculo Petrashevski, y Mijaíl Bakunin.

Escribe un «Programa de actividades revolucionarias», y un «Catecismo del revolucionario» (1868), cuya difusión lo harán popular.

En enero de 1869, Necháyev huye a Ginebra, (Suiza), temiendo su arresto, entrando en comunicación con Mijaíl Bakunin y su amigo y colaborador Nikolái Ogariov. Regresa fugazmente a Rusia a finales de 1869, creando la sociedad secreta «Naródnaya Rasprava» (Народная расправа«Venganza del Pueblo»). De vuelta en Suiza publicará algunos artículos «Los fundamentos del Sistema Social del Futuro», siguiendo su tarea editorial en Londres, (Inglaterra) (1870), París, Isla de Francia, (Francia) (1871) y Zúrich, (Suiza) (1872), donde será arrestado el 14 de agosto de ese año por asesinar a uno de sus compañeros de la sociedad secreta en un repentino ataque de paranoia donde pensó que este era un delator.

Fue devuelto a Rusia, siendo condenado el 8 de enero de 1873 a 20 años de trabajos forzados. Durante su estancia en prisión, mantendrá contactos con el Comité Ejecutivo del grupo radical «Naródnaya Volia».

Serguéi Gennádievich Necháyev muere en su celda entre el 21 de noviembre y el 3 de diciembre de 1882 en en San Petersburgo (Imperio ruso).

Repercusión de sus ideas.

 

Su relación con el anarquismo e incluso con las ideas nihilistas es compleja y discutida, empezando porque nunca declaró un credo ideológico ni filosófico, en momentos de su vida y obra se acerca a estas y en otros momentos lo que hace es una apología del simple terrorismo, muchas veces estuvo entre lo serio y otras entre lo ridículo, unas veces consciente de esto otras veces no; cuestiones que lo han convertido en una caricatura del radical político. Bakunin, después de que se confesara ante el zar, se alejó de él.1​ Por su parte, Marx y Engels lo denunciaron como personaje infame.1

La leyenda popular de Necháyev se extenderá a lo largo del tiempo, así por ejemplo Fiódor Dostoyevski lo recordará a través del personaje de Verjovenski, en «Los endemoniados», basado en Necháyev.

Su principal texto «Catecismo del revolucionario», ha influido sobre generaciones de militantes extremistas de distintas ideologías, contando con una reedición a cargo del grupo estadounidense Black Panther Party en 1969, cien años de la publicación del original. Ya en 2014, coincidiendo con el bicentenario del nacimiento de Bakunin, la editorial La Felguera reeditó el «Catecismo del revolucionario» junto con textos de Bakunin y Fiódor Dostoyevski.

El escritor Eldridge Cleaver, vinculado al grupo, escribirá en su favor en su obra «Soul on Ice» (1968). También se reconoce su influencia en el procedimiento de formación de los militantes de las «Brigate Rosse» (Brigadas Rojas) en Italia en los mismo años.

Referencias.

  1. a b Serrano Martínez, Jorge (2003). Entre el bien y el mal. Editorial Complutense, Madrid, p. 425

Bibliografía.

  • Avrich, Paul. «Bakunin and Nechaev», Freedom press.
  • Pomper, Phillip. Bakunin, Nechaev and the «Catechism of a Revolutionary»: the Case for Joint Authorship, Canadian Slavic Studies, invierno de 1976, 534-51.
  • Robynski. Nechaev and Bakunin: Left Libertarianism’s Lavender Lineage. Northcote, Vic: Autonomous Tendency. 1994
  • Serrano Martínez, Jorge (2003) Entre el bien y el mal. Editorial Complutense, Madrid. ISBN 84-7491-718-2

 

Extraido de:  https://sobrelaanarquiayotrostemasvidayobradepensadoresy.wordpress.com/2019/07/01/serguei-gennadievich-nechayev-vida-y-obra/

Carta de Emma Goldman a Alexander Berkman. 1936.

Esta carta forma parte de otras cartas tituladas «– En ninguna parte como en casa – Cartas desde el exilio de Emma Goldman y Alexander Berkman (1975) » del libro «Vivir la Revolución», parte V.

 

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Carta de Emma Goldman a Alexander Berkman.

Queridísimo,

Desearía poder escribir algo alegre, pero mi tristeza habitual se ha visto incrementada por la falsa tristeza generalizada mostrada por toda la ciudad por la muerte del rey. Es simplemente increíble. No sólo los británicos medios, los tories o los liberales, sino también todas las filas laboristas y radicales han cerrado todo por la muerte de Jorge V. Todas las reuniones y asuntos públicos han sido cancelados por los partidos laboristas y comunistas. Incluso los idiotas del Arbeiter Ring ha suspendido una reunión que iba a celebrarse ayer. Pero para protestar contra semejante chovinismo rastrero, habría sido mejor suspender mi conferencia del jueves pasado. Porque sólo asistieron unas treinta personas, la mayoría de los nuestros, y los pocos forasteros vinieron vestidos de negro. Pero, por supuesto, insistí en que nuestra reunión se celebrara, aunque sabía que sería un fracaso. No me equivocaba.

La ironía es que trabajamos mucho para la conferencia del jueves pasado y nos gastamos una pequeña fortuna para circularizar a unas trescientas personas, por no hablar de los gastos y la cantidad de trabajo que [Ralph] Barr puso en la empresa. Pobre Mace, cuando escribió que debía posponer mi venida aquí por la boda real y las elecciones pensé que estaba loco. No podía imaginar a todo un pueblo postrado ante la realeza, tan absolutamente intimidado por su rey y por cada pedo que saliera de él. En cuanto a su muerte, te digo que es asombrosa. Toda la inmensa ciudad de Londres se ha convertido en una abyecta penumbra, todo el mundo va de negro, todos los escaparates son negros y morados.

Ayer tuve que reunirme con alguien en el salón de té de uno de los hoteles. El lugar estaba abarrotado de gente vestida de negro y un órgano tocaba melodías lúgubres. Era tan deprimente que di un suspiro de alivio cuando salimos. Ni que decir tiene que la mayoría de los teatros están cerrados hasta después del funeral. El concierto de [Fritz] Kreisler, al que iba a asistir mañana, también ha sido suspendido. Pero ¿por qué extrañarse de eso cuando los judíos radicales son tan ápices del resto? Creo que fuera de nuestros pocos camaradas, el resto está disuelto en lágrimas de cocodrilo y lamentos por el amado, paternal y humanísimo rey. Y aquí estoy yo intentando penetrar en las mentes del pueblo inglés. Qué maldita tontería. . . .

 

Emma

 

 

Fuente:  https://www.federacionanarquista.net/quinta-parte-vivir-la-revolucion-iii-en-ninguna-parte-como-en-casa-cartas-desde-el-exilio-de-emma-goldman-y-alexander-berkman-1975-emma-goldman-alexander-berkman/

Entrevista a Peter Gelderloos por It’s Going Down.

Introducción

 

Este verano trajo otra ola de calor récord, ya que el cambio climático impulsó desastres que afectaron a países de todo el mundo, dejando a las comunidades humanas devastadas por inundaciones, incendios forestales y tormentas. Si bien esta «nueva normalidad» ha puesto el cambio climático a la vanguardia de la conciencia popular, también hemos visto a la extrema derecha hilando nuevas conspiraciones y al centro neoliberal impulsando los mismos cambios cansados en el estilo de vida consumista como falsas soluciones.

En este contexto, nos sentamos con el autor y organizador anarquista Peter Gelderloos, desde hace mucho tiempo, para hablar sobre el momento presente, el camino a seguir para los movimientos autónomos y las duras realidades que tenemos por delante.

 

 

IGD: Aborda el cambio climático en su libro, «Las soluciones ya están aquí», ¿Qué opina del momento actual en el que nos encontramos?

Peter Gelderloos: Creo que estamos en un momento muy crítico en el que las voces dominantes están identificando un punto de inflexión en relación con eventos climáticos extremos recientes y recurrentes, como el verano más caluroso del Hemisferio Norte en la historia registrada, lo que se ha llamado la peor inundación en la historia griega después de una rara tormenta tropical mediterránea, con las fuertes lluvias que llegan pocas semanas después de los incendios forestales más grandes jamás registrados en Europa, la primera advertencia de tormenta tropical en California debido a un raro huracán en el Pacífico, los incendios forestales más grandes en la historia registrada en el llamado Canadá.…

Creo que este es un momento tan crítico porque la forma en que los medios, las ONG, los académicos y los gobiernos nos están condicionando a pensar sobre la crisis es simultáneamente una enorme mentira y una enorme verdad. Primero la verdad: la forma en que se ha alterado la atmósfera terrestre es visible en nuestra vida cotidiana, está matando gente y está empeorando. Esta verdad es importante porque significa que es una cuestión urgente de nuestra supervivencia y, por lo tanto, una cuestión legítima de autodefensa, y reafirma que podemos confiar en nuestras propias experiencias y observaciones, siempre que estemos realmente arraigados y atentos al mundo que nos rodea.. Podemos encajar nuestra vida cotidiana y nuestra experiencia en un rincón del mundo en una narrativa global solidaria y cohesiva.

La mentira es esta: que estas muertes no tienen precedentes, que el cambio climático es un marco apropiado para comprender estas muertes y que podemos confiar en los modelos científicos actuales en torno a los puntos de inflexión, en torno a las predicciones de «cuándo es demasiado tarde», en torno a la compensación de carbono y los esquemas de reducción de emisiones.

IGD: ¿Hubo un punto de inflexión, sea lo que sea que eso signifique, este verano? Parece que hemos alcanzado un pico dentro de la conciencia popular con la ola de calor récord. ¿Significa esto algo?

Peter Gelderloos: No hubo un punto de inflexión, y el pico aparente en la conciencia ha sido un triunfo de la falsa conciencia. Porque la verdad es que era demasiado tarde hace mucho tiempo. Dependiendo de dónde mires en el mundo y qué formas de vida decidas valorar, era demasiado tarde hace mil años, era demasiado tarde hace 531 años, era demasiado tarde hace 101 años, era demasiado tarde hace 50 años.

La verdad es que desde hace décadas, ecosistemas enteros y muchas de las especies que los componen han sido completamente destruidos, desde hace décadas decenas de millones de humanos mueren cada año como resultado de esta amplia crisis ecológica, y durante siglos las formas sociales extractivistas responsables de la crisis ecológica han estado colonizando y erradicando las formas sociales que cuidan sus ecosistemas y que también tienden a resistir las opresiones de humano a humano.

La verdad es que, si bien el método científico para producir conocimiento tiene un valor demostrable, los modelos para predecir los puntos de inflexión ecosistémicos y la tasa de cambio climático han demostrado ser en gran medida poco confiables y generalmente conservadores, por lo que esa rama específica de la ciencia ha demostrado ser demasiado defectuosa para soportar cualquier peso estratégico cuando nos enfrentamos a elecciones de vida o muerte.

La verdad es que la «crisis climática» es un marco que pertenece a quienes intentan asesinarnos y sacar provecho de ella. El clima es solo una parte de una crisis mayor e interconectada, y si solo nos enfocamos en el clima, nunca veremos las causas fundamentales y las peores formas de sufrimiento que están ocurriendo. Esta crisis no es causada por humanos. No es » antropogénico», es causada por aquellos humanos que han entregado sus vidas a un marco de instituciones que son extractivistas y opresivas para sus núcleos, instituciones que tienen el poder de obligarnos al resto de nosotros a alinearnos y participar en su sociedad devoradora de vidas, ya sea que elijamos resistir o elegir mirar hacia otro lado. Este marco, fundamentalmente, significa el Estado.

Como demostré al Adorar el Poder, todos los estados son extractivistas y todos los estados en la historia han sido ecocidas. Un rasgo compartido de quienes quieren reformar el Leviatán, ya sean activistas de XR, investigadores climáticos, activistas pagados de ONG, marxistas autoritarios o cripto-autoritarios, es que intentan ocultar o descentralizar el papel del Estado en esta crisis. Anteriormente, los Estados solo provocaban colapsos ecológicos regionales, lo que fue un impulso importante para su giro sistemático hacia la expansión colonial.

Sin embargo, los sistemas extractivistas que representan los Estados deben expandirse o morir. Dado que las revoluciones que han estado derrocando Estados durante miles de años no pudieron cultivar una conciencia suficientemente global y sistémica, la única otra opción era que los Estados crearan un sistema mundial. Y esto significa inventar la posibilidad de una crisis ecológica global. El Estado moderno encontró un motor adecuado en el capitalismo, y encontró una cosmovisión devoradora de mundos capaz de organizar la colonización intercontinental en la supremacía blanca. En el Planeta Tierra, no hay capitalismo que no sea colonial y, por lo tanto, racial, no hay capitalismo sin el Estado, y no hay Estado que no sea extractivista y patriarcal y, por lo tanto, ecocida y opresivo, enemigo de toda la vida.

IGD: Este verano, vimos una gran cantidad de artículos neoliberales sobre ‘trucos para la vida’ sobre cómo ajustar su cuerpo a temperaturas extremas, así como en Grecia, una ola de sentimiento antiinmigrante a medida que aumentan los incendios y se difunden las teorías de la conspiración. ¿Cómo rechazamos esto?

Peter Gelderloos: Es inevitable que cuando tengamos una falsa conciencia en torno a una crisis como esta, las respuestas hegemónicas sean individualistas-privilegiando al consumidor con dinero para gastar éticamente, al ciudadano con derecho a votar por mejores candidatos, ambos revitalizando las instituciones que han causado esta crisis-o promoverán pseudo-comunidades como el Estado–nación, con sus fronteras artificiales y sangrientas, y su elenco listo de chivos expiatorios y villanos, que casi siempre son puras invenciones o grupos de personas más oprimidos, simultáneamente internos y externos, siempre demasiado extraño para comprenderlo y lo suficientemente cercano como para representar una amenaza.

Afortunadamente existe una síntesis entre estrategias y metas cuando somos honestos con nosotros mismos sobre lo que estamos enfrentando. La sociedad patriarcal y el capitalismo colonial, organizados por el Estado, son el enemigo de toda vida. Han demostrado que no podemos compartir este planeta con ellos, y no es necesario porque no son seres vivos. Son un límite duro. Solo hasta ese límite es posible tener un mundo en el que quepan muchos mundos.

Los principales obstáculos estratégicos para destruir el Estado son los dos brazos del Estado, la Izquierda y la Derecha (entendiendo la izquierda en su sentido histórico y no en su amnésico sinsentido anglófono, en el que tiene fama de significar cosas vagas, no especificadas, buenas e incoherentes). Para generalizar, la izquierda renueva, actualiza y revitaliza las estructuras opresivas, dándonos policías negros, mujeres millonarias y papel higiénico reciclado, y la Derecha castiga la resistencia con el intento de erradicarla. Cuando entras en los detalles desordenados, la Izquierda también lleva a cabo labores policiales, y la Derecha también trata de renovar estructuras opresivas como el Estado-nación, pero el punto es que ambas sirven al Estado. En momentos de paz social, están más coordinados, en momentos de agitación social como el actual, son incapaces de ver más allá de sus mitologías que dan coartadas y sospechan cada vez más unos de otros de ser una amenaza para el Leviatán en su conjunto.

IGD: Estamos viendo que cosas como los ecosistemas se ven afectados de manera importante debido al derretimiento del hielo y otros signos de que los sistemas de soporte vital se ven afectados. ¿Qué ve sucediendo en los próximos años para lo que deberíamos estar preparados que va a afectar la situación aquí en la llamada América del Norte?

Peter Gelderloos: Esa pregunta debe responderse dentro de cada biorregión específica, con sus historias humanas y ecológicas específicas. Los patrones de movimiento consumistas que prevalecen en América del Norte, especialmente en los círculos de clase media, hacen imposible crear esas respuestas. La incapacidad de escuchar también lo hace imposible. Los hombres y los blancos están socializados para no escuchar, por lo que debemos enfatizar aprender a hacerlo. Aquellos que han comprado la civilización occidental, que, por ejemplo, tratan sus teléfonos inteligentes con más respeto que a las personas que los rodean, nunca podrán encontrar respuestas adecuadas y arraigadas a la cuestión de sobrevivir, juntos. Cualquiera que se burle de la idea de escuchar aves migratorias, bosques, montañas, no tiene ni puta idea y ni siquiera será capaz de encontrar la conversación real que está proporcionando estas respuestas.

Aquí hay una herramienta analítica que podría ayudar. ¿Qué define a una persona? Debemos considerar que una persona es cualquier ser con el que el diálogo es posible y significativo. Por lo tanto, un policía o un millonario, aunque humanos, no son personas. El arrendajo azul fuera de mi ventana es una persona. Démosle nuestra atención y cuidado a las personas, ya que si son personas podemos compartir un mundo con ellas. Dirijamos nuestra ira y nuestras habilidades destructivas a las instituciones y sus robots leales, porque nunca compartirán un mundo con nosotros.

IGD: El gran movimiento climático está fuera de las calles justo en el momento en que las cosas están en su peor momento. Como anarquistas y participantes en movimientos autónomos, ¿cuál es el camino a seguir?

Peter Gelderloos: Esta es también una conversación que creo que debe ocurrir en todos los rincones del mundo, aunque sospecho que se destacará un número menor de patrones que en la conversación sobre lo que cada ecosistema en particular necesita hacer para sobrevivir y adaptarse.

En los últimos veinte años, en todos los continentes, hemos derrocado regímenes de larga data, hemos derrotado a la policía, hemos ayudado a que una conciencia antirracista, anticolonial y ecológica se convierta temporalmente en la norma, y hemos ayudado a grupos marginados a ganar más espacios para la supervivencia, para la curación, para la alegría. (No un nosotros ayudándoles a ellos, sino un nosotros entre nosotros ayudándonos a nosotros mismos y otro nosotros entre nosotros solidarizándonos con otros entre nosotros ayudándose a sí mismos.) Hemos logrado cosas que en las dos décadas anteriores parecían inimaginables.

Y nuestra ola de poderosas rebeliones precedió claramente a la recesión económica de 2007/2008. Es vital recordar esto y transmitir esta memoria, especialmente porque los sacerdotes del materialismo están saliendo de sus merecidas tumbas para tratar de decirnos que somos objetos secundarios a los cálculos de los sistemas monetarios globales, a pesar de lo mortalmente equivocados que resultaron ser la última vez que les dimos una audiencia, hace unas generaciones. No somos esos objetos. Somos seres vivos, golpeados por numerosos sistemas opresivos que se cruzan y que operan de maneras cuantificables e incuantificables, y tomamos decisiones,y esas decisiones importan. No somos individuos ni objetos idénticos.

Sin embargo, desde esa ola de rebeliones, hemos perdido terreno en la mayoría de los lugares del mundo. Necesitamos preguntarnos por qué, a fondo y sin miedo a lo que podríamos aprender, y debemos compartir esas lecciones porque nuestra supervivencia depende de ellas.

Creo que en muchos lugares descubriremos que sucumbimos a la represión, porque no habíamos aprendido las lecciones de generaciones anteriores sobre cómo sobrevivir a ella y porque no hemos valorado los roles de cuidado, curación y supervivencia tanto como hemos valorado el papel del ataque. Y lo digo como alguien que ha pasado mi vida tratando de desarrollar nuestra capacidad para atacar y validar esos ataques, dado lo pacificados que estábamos en los años 90 y 00, pero ninguna sociedad opresiva puede ser destruida solo por la negación, y quienes atacan también necesitan saber cómo sobrevivir a las reacciones a esos ataques.

En otros lugares, hemos sucumbido a que corrientes autoritarias se apoderen de movimientos sociales y espacios de rebelión. (En verdad, la represión y la recuperación siempre ocurren juntas, pero una de las dos puede ser predominante, una puede fallar y luego la siguiente tener éxito.) Las fuerzas represivas del Estado son inmensas, y cuando no podemos resistirlas, lo máximo que podemos hacer es lamernos las heridas e identificar qué podríamos haber hecho mejor. Sin embargo, cuando los movimientos y espacios de resistencia nos dejan atrás, casi siempre es consecuencia directa de fallas internas que no fueron inevitables.

¿Defendimos normas en torno a la participación que favorecían a quienes tenían más recursos: los universitarios, la clase media, los neurotípicos, las personas sin traumas o problemas de salud crónicos, las personas sin hijos u otras personas a quienes cuidar, las personas con ciudadanía, los blancos? ¿Reproducimos sistemas de valores patriarcales en torno a los estilos de comunicación, en torno a qué formas de lucha se celebran y recompensan, qué formas se ignoran, qué formas se explotan?

¿Olvidamos nuestra historia y entablamos alianzas no críticas con ONG y partidos políticos, o nos dejamos de lado con una aceptación expeditiva de un enfoque de un solo tema, un marco reformista? ¿Repetimos el gran error del antifascismo y vemos solo a la derecha como un peligro, mientras le damos un pase a la democracia o a los socialistas autoritarios? ¿Creamos un nuevo error de nihilismo, de modo que las críticas históricamente válidas que ofrecía el insurreccionalismo se ahogaran en un renovado fetichismo de los grupos armados (irónico, dado el contexto exacto al que reaccionaba la crítica insurreccional)?

¿Nos dejamos condicionar por el dogmatismo o la arquitectura de las redes sociales y creamos espacios de resistencia que eran tan tóxicos que solo los matones y aduladores podían prosperar allí? ¿Fallamos en desarrollar prácticas de supervivencia, de curación, de transformación, de crecimiento mutuo, de modo que todo lo que teníamos era un martillo y todo lo que podíamos ver eran clavos?

¿Fallamos en conectar las luchas de manera descentralizada, difundiendo lógicas de solidaridad que permitieran a todos apoyarse y aprender unos de otros, sin permitir que nadie asumiera el control? ¿Nos olvidamos de desarrollar estrategias para el día después, cómo difundir una vida alegre y significativa, una vez que lo quemamos todo? ¿Hemos perdido la capacidad de imaginar ser otra cosa, crear otra cosa,vivir de otra manera?

IGD: Cuéntanos cómo te va, recientemente tuviste una recaudación de fondos para tu salud, ¿cómo puede la gente apoyarte?

Peter Gelderloos: Lo estoy haciendo, alternativamente, terriblemente y maravillosamente, lo cual es normal para mí ya que soy bipolar. Mi tumor se considera incurable pero tratable, por lo que desde el punto de vista de un médico se trata de extender la esperanza de vida, mejorar sus estadísticas. No es así como voy a abordar mi vida y mi muerte.

Obtendré el apoyo que necesito de mí mismo y de las personas más cercanas a mí. A cualquiera que lea esto porque tengo una plataforma porque libros o lo que sea, le pediría que piense en algunas cosas. Muchas más personas contraen cáncer y otros problemas de salud fatales o crónicos. La enfermedad no es un asunto individual. Nuestro mundo está enfermo. Las personas merecen cualquier espacio que necesiten mientras sanan o mueren, pero la enfermedad en sí misma no puede permanecer en privado. Necesitamos poner nuestros tumores, nuestras inflamaciones, nuestras crisis, nuestras lágrimas, nuestros muertos, cargarlos con las manos ensangrentadas y ponerlos en la puerta del capitalismo. No para exigir compensación o reparación, sino como la única explicación que necesitamos, la única palabra de verdad posible, antes de quemarlo todo, Leviatán y todos aquellos que eligen defenderlo en lugar de defender la vida.

El sufrimiento no puede seguir ocurriendo detrás de estas puertas metafóricamente cerradas. Quienes nos cuidan cuando estamos sufriendo son nuestros verdaderos camaradas. Aprende de ellos y cuídalos, por el amor de Dios.

No me apoyes, apóyanos a todos. Este es un problema colectivo.

Tal vez podríamos fomentar luchas por las que valga la pena vivir y morir. Tal vez podríamos imaginar mundos en los que realmente nos gustaría vivir, en los que nos sentiríamos agradecidos de dejar nuestros cuerpos una vez que haya llegado nuestro momento.

Gracias por administrar este sitio y por todo el trabajo que hacen por todos nosotros.

 

Traducción al español por V de Invisible.

Entrevista en ingles por It’s Going Down, 17/9/2023: https://itsgoingdown.org/heating-up-peter-gelderloos-interview/