Parloteando con una travesti callejera revolucionaria, entrevista a Marsha P. Johnson

 

Tú comenzaste a hablarme hace unos pocos minutos que la gente del grupo STAR ha sido arrestada. ¿Qué puedes decirme sobre eso?

Bien, escribimos un artículo para Arthur Bell, del Village Voice, sobre STAR, y le dijimos que éramos todas “chicas” y estábamos trabajando en la zona de la calle 42. Y todas dimos nuestros nombres – Bambi, Andorra, Marsha y Sylvia. Y todas salíamos a prostituirnos, ya sabes, y unos pocos días después de que saliera el artículo en el Village Voice, fuimos arrestadas una detrás de otra, en cuestión de un par de semanas. No sé si fue por el artículo, o si nos arrestaron porque el ambiente estaba caldeado.

 

¿Cómo hacen los arrestos?

Aparecen de repente y te atrapan. A una travesti la detuvieron según se despedía de su amante. La acusaban de prostitución. A mí me detuvieron bajo los mismos cargos. Me recogió un detective – iba en un coche con matrícula de Nueva Jersey. Le dije, “¿trabajas para la policía?” y me dijo que no, y me hizo proposiciones sexuales y me dio cincuenta dólares, y entonces me dijo que estaba bajo arresto. Así que tuve que pasar veinte días en una celda.

 

¿Cómo son las relaciones entre las travestis y los prisioneros heterosexuales? ¿Es un gran problema?

Oh, los presos heteros tratan a las travestis como las reinas que son. Les ofrecen desde cigarrillos y dulces hasta sobres y sellos y cosas como esas – cuando tienen dinero. A veces les tratan amablemente, pero no todo el tiempo.

 

¿Puedes decir algo sobre el objetivo de STAR como grupo?

Queremos que toda la gente gay tenga una oportunidad y los mismos derechos que la gente hetero tiene en América. No queremos ver a gente gay arrestada por vagabundear o tener sexo o cualquier cosa parecida. Originalmente STAR surgió a raíz de su presidenta, Sylvia Lee Rivera, y por Bubbles Rose Marie, y me preguntaron si me unía al proyecto como vicepresidenta. STAR es un grupo muy revolucionario. Opinamos que si es necesario, hemos de levantar las armas para empezar una revolución. Nuestro objetivo principal es ver a la gente gay libre, liberada y con los mismos derechos que el resto de personas que viven en América. Nos gustaría ver a nuestros hermanos y hermanas homosexuales fuera de la prisión y de nuevo en las calles. Hay muchos gays travestis que han sido encarcelados por ninguna maldita razón, y la razón por la que no son puestos en libertad es porque no logran hacerse con un abogado o reunir una fianza. Bambi y yo hicimos muchos contactos cuando estábamos en la cárcel, y Andorra recurrió al tribunal y salió de allí.

 

¿Qué estáis haciendo ahora con esa gente que todavía permanece dentro y que necesita abogados?

Estamos preparando un ball [1] Podremos ayudarlas tan pronto consigamos dinero. Tengo los nombres y las direcciones de las personas que están en la cárcel, y vamos a escribirles una carta para hacerles saber que vamos a conseguirles un abogado, y que podrán ver a sus abogados y verlos cuando vayan a las prisiones, si pueden encontrar sus nombres en el registro penitenciario con la suficiente rapidez, llevarán sus casos ante los tribunales y harán una meticulosa investigación.

 

Cuando te prostituyes en la calle 42, ¿saben que eres una travesti, o piensan que eres una mujer? ¿O depende?

Algunos de ellos lo saben y algunos no, pero porque se los cuento. Les digo “esto es como un supermercado: o compras o no compras”. Muchas veces me dicen “¡Tú no eres una mujer!” y les digo “ Pues no sé lo que soy si no soy una mujer ”. Me dicen “me da igual, tú no eres una mujer” o “déjame ver tu coño”. Les digo “Cari, déjame que te lo diga una vez más: puedes tomarlo o dejarlo”, porque, como ves, cuando salgo a prostituirme no me obsesiono en tener siempre algún cliente. Si me cogen, ellos me follarán en la forma en que quiero que me follen. Y si quieren levantarme la falda, les cobro un pequeño extra, y el precio va subiendo y subiendo y subiendo según me voy desnudando. No permito que me digan “te pagaré después de que el trabajo esté hecho”. Les dijo que quiero un adelanto. Porque ninguna mujer conseguiría que le pagaran después de hacer el trabajo. Si eres lista, te haces con el dinero de primeras.

 

¿Hay otras alternativas laborales? ¿Es posible conseguir algún trabajo?

Oh, sin duda. Conozco muchas travestis que están trabajando como mujeres, pero quiero ver el día en el que las travestis podamos ir y decir “Mi nombre es don Fulano de tal y me gustaría trabajar como doña Fulana de tal”. No puedo conseguir un trabajo como doña “Como se llame”, pero puedo esconder mi masculinidad. Pero tampoco necesariamente. Muchísimas travestis cogen trabajos como chicos al principio, y después tras haber ido con sus atuendos femeninos al curro, lo mantienen. Es más fácil para una transexual que para una travesti. Si eres una transexual es mucho más fácil porque te vuelves más femenina, tienes unas tetas definidas, no tengas pelo en la cara ni en las piernas y los músculos dejan de marcar tus brazos. Creo que la cogerían mucho antes que una travesti evidente fuera capaz de conseguir trabajo, a no ser que sea una joven travesti sin barba y de aspecto muy femenino.

 

¿Es a veces peligroso cuando alguien piensa que eres una mujer y acaba dándose cuenta de que eres un hombre?

Sí que lo es. Puedes perder tu vida. Casi me matan por ello cinco veces. Creo que soy como un gato. Muchas veces me he ido con un hombre que pensaba que era una mujer y después ha intentado robarme. Recuerdo la primera vez que tuve sexo con un hombre, estaba en el Bronx. Era un hispano, estaba intentado prostituirme con él para poder pagar un billete con el que volver al área metropolitana de Nueva York. Me quitó la ropa y se dio cuenta de que yo era un chico, así que sacó un cuchillo de su cómoda y me amenazó, por lo cual tuve que tener sexo con él a cambio de nada. Y cuando en una ocasión fui a un hotel con un joven soldado y le dije que yo era un chico, él no quería creerlo, así que cuando llegamos al hotel y me quitó la ropa y se encontró con que era en efecto un chico, se volvió loco y sacó su pistola para dispararme. Es muy peligroso ser una travesti e irte con alguien porque es muy fácil acabar muerta. Hace bastante poco me robaron dos hombres. Me robaron e intentaron colocarme algo alrededor de mi cuello y una venda cubriendo mi cara. Querían atarme las manos y sacarme así del coche, pero no se lo permití. Yo esperaba justo fuera del coche. Como mínimo eran dos. Me corté en el dedo por accidente, y ellos me robaron la peluca. No les dejé atarme. Así que intentaron dispararme al no poder maniatarme. Sólo me han robado una vez. Un hombre me puso una pistola encima dentro de su coche y me robó la cartera. No he vuelto a confiar más en los hombres.

He estado saliendo últimamente. He estado yendo a bares heteros y bebiendo, consiguiendo dinero de esa forma, dando conversación a la gente, dándoles compañía mientras estaban en el bar. Te pagan una caña, pero por supuesto sin saber que eres un chico. Lo único que tienes que hacer es no irte con ellos. Como hace una amiga: cobra por entretener a sus clientes, hablando con ellos, consiguiendo que le inviten a priva. Estoy ahora mismo aprendido sobre ese campo. Nunca he estado antes en él. Es por lo que he estado haciendo. He conseguido muchos billetes de dólar sin tener que follarme a nadie. Les digo que necesito dinero para comer.

 

¿Uno de los objetivos de STAR es hacer que las travestis se acerquen entre ellas? ¿Las travestis tienden a ser un grupo de amigas estrechamente unidas?

Con frecuencia muchas travestis son amigas de otras porque simplemente se parecen. Muchas travestis normalmente se apoyan unas a otras hasta que aparecen los hombres. Los hombres separarían a las travestis si dependiera de ellos. Porque muchas travestis podrían ser buenas amigas, como puedes imaginar, pero cuando se echan novio… Como cuando me casé con mi marido, él no me permitía juntarme con las travestis, quería que estuviera con él todo el tiempo. Me sentía mal, y no salía con ellas. No le gustaba oírme hablar de ellas y no me junté con ellas durante mucho tiempo. Quería que estuviera en el mundo entero, el mundo de los bares heteros y cosas como esas.

 

Algunas de las travestis no están muy politizadas, ¿qué piensan sobre tus ideas revolucionarias?

No les importan. He hablado con muchas de las travestis que trabajan en la zona de Times Square. No se preocupan en absoluto por una revolución o cualquier otra cosa. Tienen lo que ellas quieren. Muchas de ellas son drogadictas. Muchas de ellas tienen pareja, ya sabes. Y no vienen nunca a las reuniones de STAR.

 

¿Cuánta gente va las reuniones de STAR?

Unas 30, y no hemos mantenido los encuentros de STAR últimamente. Como Sylvia no tiene un lugar donde dormir, está quedándose en la casa de unos amigos en la calle 109.

 

¿Hay algo que te gustaría que ocurriera?

Me gustaría ver a STAR acercarse a la GAA y a otros grupos gays de la comunidad. Me gustaría ver a muchas más travestis venir a las reuniones de STAR, pero es difícil ponerse en contacto con las travestis. Están en los bares, y están buscando maridos. Hay muchas travestis que están muy solas, y sólo van a los bares para buscar maridos y amantes, a hombres que estén dispuestos. Cuando se casan, no tienen tiempo para las reuniones de STAR. Me gustaría ver comenzar la revolución gay, pero no ha habido ninguna manifestación ni nada parecido últimamente. Ya sabes cómo es la gente hetero. Cuando no ven ninguna acción, piensan “Bien, todos los gays han debido olvidarse de todo, deben de estar agotados, cansados”. Me gustaría que STAR tiene una gran cuenta corriente como la que yo tuve en su día, y me gustaría que la casa STAR surgiera de nuevo.

 

¿Tienes alguna sugerencia para la gente que vive en pequeños pueblos y ciudades donde no existe STAR?

Que funden su propio STAR. Creo que, si las travestis no se levantan por ellas mismas, nadie más se levantará por ellas. Si una travesti no dice que es gay y se siente orgullosa de ser una travesti, entonces nadie más saltará y lo dirá, porque el resto no son travestis. La vida de una travesti es muy dura, en especial cuando sale a la calle.

 

¿Uno de los objetivos de STAR es crear una situación en la que las travestis no tengan que salir a hacer la calle?

¿Qué ya no tengamos que salir a la calle? Es uno de los objetivos de STAR en el futuro, pero una de las primeras cosas que STAR tiene que hacer es convencer a la gente antes de que deje de tomar drogas, porque una vez que están enganchadas es muy difícil mantenerlas fuera de las calles. Mucha gente se prostituye para financiar sus adicciones. Hay muy pocas travestis en la prostitución que no toman drogas.

 

¿Qué hay sobre el término “drag queen”? La gente de STAR prefiere usar el término “travesti”.¿Puedes explicar la diferencia?

Una drag queer es alguien que normalmente va a un ball, y es el único momento en que se trasviste. Las travestis viven travestidas. Una transexual pasa buena parte de su vida travestida. Nunca he salido travestida para ir a ningún lugar concreto. Voy travestida a todos los lugares a los que voy. Una travesti es todavía parecida a un chico, tiene un aspecto muy masculino, es un chico afeminado. Te travistes en todas partes. Cuando eres un transexual, tomas un tratamiento hormonal y estás pendiente de un cambio de género, y nunca prescindes de prendas femeninas.

 

¿Sabes lo que STAR hará en el futuro?

Vamos a organizar balls para STAR, abrir una nueva casa STAR, un teléfono STAR disponible las 24 horas del día, un centro recreativo STAR. Pero esto sólo será después de que abramos juntas una cuenta corriente. Y además vamos a tener un fondo para pagar fianzas para todas las travestis que están presas, para pagarles sus fianzas y si podemos conseguir un abogado que trabaje para STAR que ayude a las travestis ante el tribunal.

 

¿Qué es lo que vas a hacer con eso?

¿Con qué?

 

Con lo que acabas de hacer.

Es una especie de tanga. ¿Lo quieres ver? Es para que si alguien te mete la mano en tu falda sin tu permiso, no note nada. Lo llevan puesto en el Club 82 [2]. ¿Ves? Todas las drag queens saben cómo fabricar uno. Como puedes ver, esto esconde todo.

 

Si levantan la falta, ¡no encuentran lo que hay realmente!

No me importa que me levanten la falda. No me preocupa si encuentran lo que hay realmente. Les incumbe.

 

¡Supongo que muchas travestis saben cómo contraatacar de una u otra forma!

Llevo mi maravillosa medicina a todas partes a las que voy – es un bote de gas pimienta. Si me atacan, les ataco a ellos con mi arma.

 

¿Has tenido que usarlo?

Todavía no, pero tengo paciencia.

 

 

Esta entrevista se encuentra en el libro STAR (Acción Travesti Callejera Revolucionaria). Supervivencia, revuelta y lucha trans antagonista. Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera.

 

 

 

[1Ball. Los “bailes” eran espectáculos trans y travestis que organizaba gente de bajo nivel económico y que servían para promocionar el arte de la danza por parte de estos sujetos disidentes. Llegaron a constituirse como una auténtica subcultura en los años sesenta, setenta y ochenta, y como salida “profesional” para las trans negras sin recursos. Las asistentes competían por trofeos, dinero o estatus.

[2Antiquísimo local neoyorquino de variedades trans ubicado en la homónima calle.

 

Derecho a la rebelión, Ricardo Flores Magón

 

Desde lo alto de su roca el Buitre Viejo acecha. Una claridad inquietante comienza a disipar las sombras que en el horizonte amontonó el crimen, y en la lividez del paisaje parece adivinarse la silueta de un gigante que avanza: es la Insurrección.

 

El Buitre Viejo se sumerge en el abismo de su conciencia, hurga los lodos del bajo fondo; pero nada haya en aquellas negruras que le explique el por qué de la rebelión. Acude entonces a los recuerdos; hombres y cosas y fechas y circunstancias pasan por su mente como un desfile dantesco; pasan los mártires de Veracruz, pálidos, mostrando las heridas de sus cuerpos, recibidas una noche a la luz de un farolillo, en el patio de un cuartel, por soldados borrachos mandados por un jefe borracho también de vino y de miedo; pasan los obreros de El Republicano, lívidos, las ropas humildes y las carnes desgarradas por los sables y las bayonetas de los esbirros; pasan las familias de Papantla, ancianos, mujeres, niños, acribillados a balazos; pasan los obreros de Cananea, sublimes en su sacrificio chorreando sangre; pasan los trabajadores de Río Blanco, magníficos, mostrando las heridas denunciadoras del crimen oficial; pasan los mártires de Juchitán, de Velardeña, de Monterrey, de Acayucan, de Tomochic; pasan Ordoñez, Olmos y Contreras, Rivero Echegaray, Martínez, Valadez, Martínez Carreón; pasan Ramírez Terrón, García de la Cadena, Ramón Corona; pasan Ramírez Bonilla, Albertos, Kaukum, Leyva. Luego pasan legiones de espectros, legiones de viudas, legiones de huérfanos, legiones de prisioneros y el pueblo entero pasa, desnudo, mascilento, débil por la ignorancia y el hambre.

 

El Buitre Viejo alisa con rabia las plumas alborotadas por el torbellino de los recuerdos, sin encontrar en éstos el porqué de la Revolución. Su conciencia de ave de rapiña justifica la muerte. ¿Hay cadáveres? La vida está asegurada.

 

Así viven las clases dominantes: del sufrimiento y de la muerte de las clases dominadas, y pobres y ricos, oprimidos y déspotas, en virtud de la costumbre y de las preocupaciones heredadas, consideran natural este absurdo estado de cosas.

 

Pero un día uno de los esclavos toma un periódico, y lo lee: es un periódico libertario. En él se ve cómo el rico abusa del pobre sin más derecho que el de la fuerza y la astucia; en él se ve cómo el gobierno abusa del pueblo sin otro derecho que el de la fuerza. El esclavo piensa entonces y acaba por concluir que, hoy como ayer, la fuerza es soberana, y, consecuente con su pensamiento, de hace rebelde. A la fuerza no se la domina con razones: a la fuerza se la domina con la fuerza.

 

El derecho de rebelión penetra en las conciencias, el descontento crece, el malestar se hace insoportable, la protesta estalla al fin y se inflama el ambiente. Se respira una atmósfera fuerte por los efluvios de rebeldía que la saturan y el horizonte comienza a aclararse. Desde lo alto de su roca el Buitre Viejo acecha. De las llanadas no suben ya rumores de quejas, ni de suspiros ni de llantos: es rugido el que se escucha. Baja la vista y se estremece: no percibe una sola espalda; es que el pueblo se ha puesto de pie.

 

Bendito momento aquel en que un pueblo se yergue. Ya no es el rebaño de lomos tostados por el sol, ya no es la muchedumbre sórdida de resignados y de sumisos, sino la hueste de rebeldes que se lanza a la conquista de la tierra ennoblecida porque al fin la pisan hombres.

 

El derecho de rebelión es sagrado porque su ejercicio es indispensable para romper los obstáculos que se oponen al derecho de vivir. Rebeldía, grita la mariposa, al romper el capullo que la aprisiona; rebeldía, grita la yema al desgarrar la recia corteza que cierra el paso; rebeldía, grita el grano en el surco al agrietar la tierra para recibir los rayos del sol; rebeldía, grita el tierno ser humano al desgarrar las entrañas maternas; rebeldía, grita el pueblo cuando se pone de pie para aplastar a tiranos y explotadores.

 

La rebeldía es la vida: la sumisión es la muerte. ¿Hay rebeldes en un pueblo? La vida está asegurada y asegurados están también el arte y la ciencia y la industria. Desde Prometeo hasta Kropotkin, los rebeldes han hecho avanzar a la humanidad.

 

Supremo derecho de los instantes supremos es la rebeldía. Sin ella, la humanidad andaría perdida aún en aquel lejano crepúsculo que la Historia llama la Edad de la Piedra, sin ella la inteligencia humana hace tiempo que habría naufragado en el lodo de los dogmas; sin ella, los pueblos vivirían aún de rodillas ante los principios del derecho divino; sin ella, esta América hermosa continuaría durmiendo bajo la protección del misterioso océano; sin ella, los hombres verían aun perfilarse los recios contornos de esa afrenta humana que se llamó la Bastilla.

 

Y el Buitre Viejo acecha desde lo alto de su roca, fija la sanguinolenta pupila en el gigante que avanza sin darse cuenta aún del por qué de la insurrección. El derecho de rebelión no lo entienden los tiranos.

 

Regeneración, septiembre 10 de 1910.